¿Quién no ha soñado con celebrar su gran día en una finca fabulosa, situada en un entorno natural único y personalizándola al máximo? Lo cierto es que las bodas celebradas en este tipo de espacios singulares son las más bonitas.

  1. Máxima personalización
    Es la ventaja principal de celebrar una boda en una finca. Las bodas en fincas son, por regla general, más bonitas que las bodas celebradas en un restaurante y muchísimo más personales”
    Contar con una persona de confianza en la que te puedas apoyar, que te permita quedarte tranquila sabiendo que no estás sola, que hay alguien detrás que te va a ayudar con la organización, es fundamental, porque te va a dar seguridad, te va a aportar calma e incluso te evitará numerosas discusiones en casa y con la familia.
  2. Catering a vuestro gusto
    Hay fincas que ni siquiera ofrecen servicio de catering, o que son flexibles y te permiten contratar el proveedor que desees; esto os permitirá elegir libremente la comida que queréis ofrecer.
    Por ejemplo, podéis elegir un catering especializado en comida muy tradicional; o un catering muy moderno con unas presentaciones súper especiales; o un catering especializado en comida fusión, con unos contrastes impresionantes a la par que deliciosos en sus platos; o un catering que sea todo de puestos; o un catering de comida extranjera, de un país determinado o capaz de combinar platos de diferentes procedencias; o un catering todo de barbacoa…
  3. Posibilidad de elegir el lugar más fotogénico para la ceremonia
    Las fincas suelen contar con diferentes espacios donde celebrar la ceremonia,  y esto os permite escoger el que más os guste o el más adecuado.
    Dependiendo de la hora del día a la que se casen y de la época del año, un emplazamiento puede ser mejor que otro. El sol se va moviendo, y el fotógrafo sabrá qué lugar es el más adecuado para obtener las mejores fotos en función de esos aspectos.
  4. Máxima versatilidad del espacio
    Al no estar nada definido en una finca, podéis hacer la ceremonia en un sitio, luego moveros a otro para el cóctel, a otro para el banquete y a otro para la barra libre… Las posibilidades son enormes.
    La gente va descubriendo espacios progresivamente y sorprendiéndose.
  5. Son lugares perfectos para amantes de la naturaleza
    “Las fincas para bodas suelen ser espacios verdes, en emplazamientos muy especiales, muy amplios, con vistas, ideales para parejas a las que les gusta estar al aire libre, en contacto con la naturaleza. No son como esos restaurantes desde cuyas ventanas se ven otros edificios, la casa de al lado”
  6. Privacidad absoluta
    “Precisamente porque suelen ser amplias y abiertas, las fincas ofrecen también mucha más privacidad. Además, suelen reservar el espacio en exclusiva para cada boda. Gracias a ello, no tendréis que compartir instalaciones con otras celebraciones“. La finca será únicamente para vosotros durante todo el día, de manera que podréis adaptarla íntegramente a vuestras necesidades.
  7. Podréis disponer del espacio días antes de la boda
    Como no tendréis que compartir el espacio con otras bodas, porque lo más frecuente es casarse en sábado y que no haya otra boda el viernes, “podréis disponer de la finca incluso unos días antes para ir llevando cosas, para ir dejando los regalos de los invitados, el material que os tengan que dejar de alquiler, incluso el vestido de novia si os cambiáis allí… Podréis ir preparando todo.
  8. Suelen sorprender más a los invitados
    Las fincas son lugares que suelen sorprender a los invitados más que otros tipos de espacios gracias a su estética, a la naturaleza que las rodea… Además, como son tan versátiles y se pueden personalizar tanto, un invitado puede haber estado en la misma finca en varias bodas y encontrarla completamente diferente cada vez. Puede tener la sensación incluso de estar en otro lugar.
  9. Con pocos elementos podéis crear un ambiente mágico
    Muchas veces en una finca no es necesario realizar un despliegue de medios enorme para conseguir un resultado excepcional. Porque el sitio ya tiene su propia decoración natural: las flores, la hierba, los árboles…